Con mucha frecuencia acuden a nuestra consulta pacientes con problemas en los
dedos. Una de las principales causas de dichos problemas son los dedos
en garra. Se trata de una deformidad del pie bastante habitual. Entre las razones que la causan se encuentra el deterioro del propio pie y el uso de calzados inadecuados. Un pie tiene que
caber perfectamente en el zapato y debe poder mover los dedos
libremente. Si esto no es así, el pie responde a ese mal trato continuo
deformándose.
El signo más característico del dedo en garra es la formación de un callo en la parte
más alta del mismo o en la punta de dicho dedo (falange proximal y
distal) y responde principalmente a roces continuos con el calzado y que
causa dolor que puede llegar a ser incapacitante para la marcha. Otro
de los sintomas típicos es la tendinitis flexo-extensora, o lo que es lo
mismo, dolor en la base del dedo tanto por el empeine como por la
planta. La mayor parte de los dedos en garra también conllevan una
desviación de los metatarsianos, que cursan con molestias plantares y la
formación de durezas en esta zona.
Normalmente la gente acude al podólogo por estas problemáticas cuando
empieza el buen tiempo y tienen que mostrar los pies. Sin embargo, en
muchas ocasiones el mal ya está hecho y la solución es difícil. Por eso
debemos recordar que a la hora de comprar unos zapatos debemos tener en
cuenta no sólo el largo de nuestro pie, sino también el ancho. Además,
lo mejor es comprarlos a última hora de la tarde, cuando el pie está más
dilatado.
Ante esta patología, una de las soluciones que planteamos a nuestros pacientes es la cirugía MIS. Esta técnica permite una deambulación inmediata y no interfiere en la
actividad diaria.
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